jueves, 5 de septiembre de 2013

Repatriar a esa parte de la afición, ese si que sería el mejor fichaje.


No es agradable ver que tu propia casa, la casa de todos los amarillos, se convierte en un circo romano. No, no lo es cuando ves a tus gladiadores casi “moribundos”, como desde la grada les inclinamos el dedo pulgar hacia abajo para darles el último golpe de gracia mientras el combate continúa.
No fue grato el pasado Sábado frente al Eibar ver cuando eran sustituidos algunos jugadores amarillos, como salían entre silbidos y abucheos, y  divisar como un grupo de seguidores bien ataviados con camisetas y bufandas de nuestro equipo y en pie saltaban, alentaban y animaban al árbitro cuando le sacaba la tarjeta roja a nuestro capitán David García, despedido con insultos cuando se retiraba del terreno de juego... además contentos y felices porque el juez tomara esa determinación como si fuera un jugador del equipo contrario.

Pero esto no es nada nuevo, ya hace unos años que esta actitud no es difícil verla en nuestras gradas cuando las cosas no pintan bien.  Algunos le han cogido el gusto hasta llegar a enfrentarnos con nosotros mismos tirando piedras sobre el tejado de nuestra propia casa.
Y no es que tengamos que dejar nuestra opinión a un lado y dejar de expresar lo que pensamos, y en muchas ocasiones hasta nuestros enfados cuando las cosas no nos gustan. (Todo sería mejor en su debido momento, lugar y contexto)

Pero es que opinar y discutir, ya eso lo hacemos a diario.
Sí, a diario y desde hace tiempo no paramos de seguir líneas de información, ciertas o inciertas, las que van más acorde con nuestros criterios, y las que no también, para cada vez más seguir enfrentados entre nosotros mismos. Nos hemos dedicado a ser periodistas, entrenadores, secretarios técnicos, y directivos del club… a invadir los foros de opinión y las redes sociales, donde en muchas ocasiones perdemos las formas de muy malas maneras, y lo que es cada vez más preocupante, dejando de lado lo que realmente somos… LA AFICIÓN, la afición de La U.D. Las Palmas.

¿Cómo es posible que no sepamos ni siquiera en pleno siglo XXI aprovechar las nuevas tecnologías para poder crear una fuente de criterios positivos y constructivos entorno a nuestro equipo y en beneficio propio? ¿qué es lo que nos pasa? ¿preferimos anclarnos en el derrotismo y en la continua autodestrucción de una ilusión de manera virtual para luego transportarlo a nuestras gradas de manera rotunda?
No podemos seguir todos los días “hablando” y discutiendo de lo mismo… de las supuestas verdades o mentiras del club, de la prepotencia de  MAR, del Juanito vete ya, Tony Cruz, cantera si, fichajes no,  J.Manuel Rdguez…  lo que dijo Ruyman Almeida, lo que murmuró Rafa León o los precios de los abonos.
No, señores no… ese es el verdadero potaje (y no de berros precisamente) en el que nos solemos perder cada día más, y que sólo ellos pueden guisar en base a la unidad.

El amor por tu equipo va más allá que todo eso.

Parece increíble que hace algo más de dos meses, casi le prendemos fuego a Fondos de Segura y que recibiéramos al equipo en el aeropuerto una semana más tarde como héroes a pesar de no haber conseguido el ascenso, y que no hayamos sabido aprovechar la inercia de ese encantamiento para continuar cubriéndonos de nuestra propia esencia. ¿Cómo es posible que nada más empezar esta temporada no seamos capaces de darnos ni el más mínimo margen de error para volver a la impaciencia?...  al derrotismo y a la mediocridad de un sin sentir.

Sí señores, no nos escondamos en escusas y sepamos ser autocríticos también con nosotros mismos . Dejemos los tabúes a un lado y decir que estamos hartos, quemados y que esto no hay por donde cogerlo. ¿Qué es y qué ha sido siempre la afición de La U.D. Las Palmas?.

Nos llenamos la boca hablando de su grandeza y lo soberana que es, ¿pero realmente a día de hoy es así? Por que si es así, yo no la reconozco, y estoy seguro que no soy el único.
Es tan triste ver a tu equipo jugar mal y arrastrándose como perder tu mirada en la grada buscando un mínimo de aliento y de unidad en los malos momentos… ¿o es que esa responsabilidad sólo se la vamos a dejar como casi siempre a los Ultranaciente , a la peña Germán Dévora y unos pocos más?

A todos nos encanta ver jugar bien a nuestro equipo, verlo ganar… a eso nos apuntamos todos. Pero cuando nuestros hombres de amarillo en el césped no logran encajar las piezas y caen en el desfallecimiento… y se quedan ciegos mentalmente, hay muchos que prefieren no prestarles la luz. Esos once hombres llevan un escudo en el pecho, el mismo que llevas tú en la grada y por el cual suspiramos. ¿Qué nos pasa?¿dónde quedó nuestra pasión?¿sólo nos queda aliento para cuando todo marcha bien? Eso es fácil.

Dejémonos de hipocresía y pensemos bien, pero muy bien qué significa ser aficionado de la U.D. Las Palmas.
Unión, lealtad, fidelidad, sentimientos, historia, nobleza…  estas seis palabras definen la esencia pura del aficionado amarillo a la que podemos añadir algunas más… alegrías, penas, decepciones, júbilo, encanto, nostalgia, pasión etc. etc…  Si no te logras identificar con este pequeño decálogo, es que no estás hecho para ello. 

En estas últimas fechas hemos podido ver en diversos “sites”, listas de jugadores repatriados por el club (no hace tanto tiempo podíamos oír hablar: Si volviera más de un jugador de los que se han marchado… si tuviéramos de nuevo a fulanito o menganito armaríamos un verdadero equipazo). Ya parece que eso a algunos no les seduce, ahora les llaman, lisiados, viejos o acabados… y nos volvemos a convertir como cada día en  las victimas de nuestras propias incongruencias, en los derrotistas que no solo no dan la oportunidad a otros, sino que no se la dan a sí mismos… en creer, en confiar.

Y al hilo de todo esto, sólo decir, que me encantaría que ese listado de repatriados lo pudiéramos ampliar, sí ampliar,  que pudiéramos repatriar a esa parte de la afición… a esa que no le faltó nunca el más mínimo aliento para sus once hombres de amarillo más allá de las victorias.


Ese si que sería el mejor fichaje.